A la tercera fue la vencida. El Real Oviedo logró su primera victoria en su recién estrenada singladura por la Liga Adelante, y lo hizo con una victoria más contundente en el marcador que en el terreno de juego.

El conjunto azul presentó un once con dos novedades con respecto a Vitoria: David Fernández volvía al centro de la defensa en detrimento de un renqueante Verdés, y Borja Valle ocupaba la media punta, desplazando a Héctor Font a la zona de creación en detrimento de Jonathan Vila, que iniciaría el partido en el banquillo.

A priori, los cambios introducidos debían de servir para que los carbayones tuvieran un mayor control de la pelota, pero lejos de ello fue el Albacete el que dominó la posesión durante la mayoría de fases del encuentro.

Los primeros compases fueron de mutuo respeto, con un Albacete Balompié mejor plantado sobre el deficiente césped ovetense, pero sin llegar a inquietar las inmediaciones del arco de Esteban, y un Real Oviedo dominado, aunque serio defensivamente.

A medida que la pelota recalaba en su línea de tres medias puntas, el Real Oviedo comenzó a sentirse más a gusto sobre el césped, y fruto de ello se produjo la jugada que supuso el primer gol del partido. Hervías, el mejor jugador del partido durante los 90 minutos, fue objeto de falta al borde del área, y Néstor Susaeta, con un magistral lanzamiento bordeando la barrera, alojó el balón en las mallas, haciendo inútil la estirada de Dorronsoro.

El gol asentó al conjunto asturiano, que, sin variar en demasía su libreto, exhibió comodidad y solvencia sobre el rectángulo de juego. El buen momento azul  tuvo sus réditos antes de la media hora de juego. Borja Valle recibió el balón en zona de creación, y tras una fulgurante jugada personal en la que se deshizo de dos contrarios, logró depositar el balón en la portería rival, con la colaboración involuntaria de Dorronsoro, terriblemente desafortunado en lo que supondría el segundo gol carbayón. Un auténtico palo para los albaceteños, que veían como la renta en contra era excesiva para los méritos contraídos por ambas escuadras.

A pesar de tener la contienda cuesta arriba, los manchegos siguieron dominando la posesión, y obtuvieron justo premio en los últimos compases del primer acto. Balón al área ovetense que Fernández no llega a despejar, y Rubén Cruz, de certero zurdazo cruzado, bate a Esteban, que nada puede hacer.

2-1, y equipos a vestuarios.

Sergio Egea movió ficha, y sustituyó a un gris Font, dando entrada a Diego Aguirre, que tan buen sabor de boca había dejado en la parroquia carbayona con su aparición en Mendizorroza, lo cual desplazó a Susaeta al doble pivote junto al capitán Jon Erice.

Poco cambió en el guión del encuentro. Un Albacete dominador se estrellaba contra la defensa azul, comandada por un imponente David Fernández, mientras que el Real Oviedo mostraba su peligro en las contras, con ocasiones de Linares y Hervías que bien pudieron suponer la sentencia del encuentro.

Egea dosificó la entrada de jugadores de refresco, haciendo debutar a Edu Bedia, y tratando de dotar de mayor solidez defensiva a la media, con la entrada de Jonathan Vila por un sacrificado Susaeta.

El Albacete continuó buscando infructuosamente el gol, topándose con el buen hacer de la zaga azul, y de Esteban, que contribuyó a la victoria con dos paradas de nivel.

El Real Oviedo sentenció los tres puntos en las postrimerías del encuentro, con un certero remate cruzado de Miguel Linares, completamente solo y habilitado por un Javi Paredes muy lejos del nivel mínimo exigible requerido en el fútbol profesional.

El tiempo de descuento permitió a los aficionados ovacionar a Esteban, que ejecutó, sin duda, la parada del partido, en un balón que se colaba por la escuadra del conjunto local.

3-1, y primera victoria de un Real Oviedo con más efectividad que juego, aunque más solvente e intenso que el conjunto que visitó siete días atrás al Alavés en Mendizorroza.

PROGRESA ADECUADAMENTE: Pablo Hervías dio sobradas muestras de su calidad durante los noventa minutos, siendo un auténtico dolor de cabeza para la zaga blanca, y, en especial, una pesadilla para Javi Paredes.

NECESITA MEJORAR: A pesar de presentarse mejor asentado sobre el terreno de juego, el Real Oviedo no fue capaz de transmitir una idea de juego clara y continua a su parroquia.