El Real Oviedo logró su clasificación para la tercera ronda de la Copa del Rey, tras superar por la mínima al Real Valladolid (2-1) en un partido en que los de Egea, en la grada por sanción, pudieron marcar algún gol más, pero en el que acabaron sufriendo más de la cuenta ante un rival en inferioridad numérica.
El primer dato a destacar del partido es la escasa afluencia de aficionados al Carlos Tartiere. La polémica decisión de la directiva azul de cobrar a sus socios por un partido que se retransmitía en abierto influyó significativamente en la pobre entrada.

Hablando de lo meramente futbolístico, Sergio Egea introdujo numerosas novedades en el once, dando entrada a 9 jugadores nuevos con respecto a los que iniciaron el partido de Liga ante el Albacete. A pesar de ser un equipo formado por los jugadores que, hasta ahora, han disputado menos minutos, el Oviedo desarrolló una idea de juego atractiva y competitiva, lo que da una buena idea del fondo de armario del que dispone el entrenador argentino.
Al Real Oviedo le costó meterse en el partido, algo que se repite partido tras partido. De alguna manera, los carbayones practican un «wait and see» inicial que ciertos aficionados achacan a un exceso de respeto inicial. Los primeros quince minutos fueron de dominio territorial blanquivioleta, aunque sin inquietar la meta defendida por Rubén Miño, correcto en su labor durante todo el partido.
Pasado ese primer cuarto de hora, el Real Oviedo comenzó a combinar con criterio, guiados por un Edu Bedia que dejó grandes detalles de clase, y dotó de criterio a los azules. A medida que Bedia encontraba a Aguirre y Hervías, el campo se inclinaba a favor de los carbayones, generando una cierta sensación de agobio en los pucelanos.

Meritorio también el despliegue de Jonathan Vila y Franck Omgba, que sostuvieron tácticamente al Real Oviedo sin balón, y recuperaron infinidad de balones.
Con un Oviedo más brioso y ofensivo se llegó al descanso con 0-0.
Tras el descanso, el Oviedo continuó con su tónica de la primera parte, con una columna vertebral que carburaba a gran nivel, y obtuvo su recompensa en el minuto 51. Un disparo mordido de Dani Bautista acabó en las botas de Toché que, solo ante el portero, fue derribado por Juanpe, en un claro penalti que tuvo doble premio para el conjunto azul: Toché convertía la pena máxima, mientras que Juanpe se ganaba una ducha anticipada por su acción.
La inferioridad numérica supuso un duro golpe para el Valladolid, muy presionado por los azules, que tres minutos después lograban aumentar su renta, gracias a una gran presión que provocó que Pablo Hervías se hiciese con el balón en la frontal del área para, libre de marca, asestar un latigazo a Kepa, que no pudo blocar el balón.
Con el 2-0 el Valladolid pareció bajar los brazos, y el Real Oviedo continuó martirizando por las bandas, con Aguirre y Hervías a excelsos. Toché estuvo cerca de sentenciar el partido, pero su fino derechazo besó la madera cuando el Tartiere ya gritaba gol.
En esta fase, el Real Oviedo introdujo dos sustituciones, y Borja Valle y Néstor Susaeta ocuparon el lugar de Edu Bedia y Palo Hervías.
Fuera por los cambios vallisoletanos, por los ovetenses, o por un exceso de confianza, el Real Oviedo se fue dejando ir, y el Valladolid aprovechó una llegada aislada para poner el 2-1 en el marcador. Una entrada en velocidad por la banda zurda de Ángel, que le ganó la espalda a Nacho López, sirvió para que aquél pusiera un centro al área que fue rematado por Alfaro, sin que Miño pudiera hacer nada.
Con el 2-1 el Oviedo sintió cierta desazón, y vio como el Valladolid trataba de apretar, aunque no logró encontrar puerta en los compases finales del partido.
En líneas generales, el Real Oviedo dio una buena imagen, con momentos de muy buen fútbol, y reduciendo, aunque no eliminando, las lagunas de concentración que ha exhibido en otros partidos.
PROGRESA ADECUADAMENTE: El once inicial, plagado de «no habituales», deja claro que el Real Oviedo tiene una plantilla extensa y de calidad. Franck Omgba completó un partido de mucho mérito, con un derroche físico que insufló fuerza a sus compañeros.
NECESITA MEJORAR: El Real Oviedo continúa saliendo con excesivo respeto al campo, como si necesitase unos minutos para darse cuenta de que puede ganar el partido.
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