CD Mirandés: Raúl; Galán (Gaffoor, min 46), Ortiz, Corral, Eguaras, Rúper (Lázaro, min 60), Salinas, Kijera, Sangalli, Lago Junior, y Álex García.

Real Oviedo: Esteban; Johannesson, David Fernández, Borja Gómez (Héctor Font, min 56), Peña; Susaeta, Vila, Jon Erice, Aguirre ; Toché (Cristian Rivera, min 79) y Koné (Cervero, min 87).

GOLES:

1-0. Min 21. Alex Ortiz.
1-1. Min 64. Toché
1-2. Min 68. Toché

El Real Oviedo conquistó los tres puntos en el complicado fortín de Anduva en un partido en el que se sufrió de lo lindo.

Egea confió en el esquema con el que más sólido se ha mostrado, con la novedad de Aguirre como titular en el flanco izquierdo, y la constatación de que Johannesson se ha hecho dueño y señor del lateral derecho.

No estuvo cómo el Oviedo sobre el verde mirandés. Ni pudo controlar el juego, ni supo contrarrestar a los locales, mucho más enérgicos en los choques, y con mayor templanza en el manejo de la pelota.

El primer tiempo fue de claro dominio local. El Mirandés presionaba constantemente las salidas del Real Oviedo, y se hacia dueño y señor del juego, aprovechando la habilidad de sus bandas, y el enorme despliegue físico de Lago Junior, que estaba aquí y allá, siendo una pesadilla constante para la zaga carbayona. El Oviedo apenas podía dar tres pases seguidos, y diluía la presencia de sus mediocentros con balonazos largos que obligaban a Koné y Toché a jugar lejos del arco rival, y de espaldas a portería.

Sin tener ocasiones claras, el Mirandés merodeaba las inmediaciones de la meta de Esteban, y generaba desasosiego en la defensa asturiana. Una jugada a balón parado excelentemente ejecutada por los rojillos sirvió para que Alex Ortiz pusiera en ventaja a los locales con un testarazo en el segundo palo ante el que Esteban y Peña no supieron responder.

El guión del partido no cambió, el Mirandés siguió presionando, haciéndose con las segundas jugadas, y obligando al Oviedo a jugar en largo, sin orden ni criterio.

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Al Oviedo le vino bien el descanso. El equipo estaba totalmente desnortado, la zaga superada, el medio inexistente, y la delantera inoperante. Ninguna línea se salvaba de la quema. Sergio Egea había mostrado su contrariedad en la banda haciendo calentar desde la mitad de la primera parte a Hervías y Font, y todo apunta a que aprovechó el descanso para tratar de animar a sus hombres.

El Mirandés buscó continuar con su propuesta futbolística durante el segundo periodo, y se siguió mostrando superior al Real Oviedo que, sin embargo, era capaz de aguantar mejor el tipo durante los primeros compases.

Sergio Egea dio entrada a Héctor Font, y algo cambió. Vila se situó en el centro de la zaga, y el imaginativo jugador azul comenzó a manejar la sala de máquinas asturiana que, si bien no mostraba brillantez, comenzaba a sentirse más cómoda y solvente. Erice, apuradísimo ayer en cada pelota que tocaba encontró a un amigo en Font, que se ofrecía continuamente para dotar de pausa al juego.

Una jugada aislada, con una falta magistralmente botada por Susaeta le sirvió a Toché para rematar en difícil posición al fondo de las mallas. El delantero azul hacía su sexto gol en liga, y sigue demostrando su enorme talla en los momentos importantes. Cada uno de sus goles valen su peso en oro en el casillero ovetense.

Este gol marcó un antes y un después en la contienda. El Real Oviedo se convirtió en otro equipo, y el Mirandés sintió sobremanera el golpe. Los rojillos, que hasta ese momento se habían mostrado superiores, perdieron su orden, y el Oviedo, tirando de su más que conocido «orgullo, valor y garra» comenzó a combinar con velocidad, a desplegarse por banda y a confiar en sus posibilidades.

Casi sin acabar de celebrar el empate, el Oviedo montó una vertiginosa contra en la que Koné, todo fuerza y pundonor, asistió a Toché, que con maestría batió por bajo a Raúl.

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El Mirandés se deshizo, y el Oviedo buscó con ahínco el tercero, pero Raúl negó el premio a Susaeta y Aguirre en sendos remates.

Egea, cuya cuota de responsabilidad en esta victoria es innegable, acabó de pacificar el partido con la entrada de Cristian Rivera, y aprovechó el empuje de Diego Cervero para fijar a la zaga mirandesa en los últimos minutos de partido.

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Final. 1-2. Tres puntos de oro para un Real Oviedo al que le gusta mirar hacia arriba, y que demuestra saber competir y sufrir en todas las circunstancias.

PROGRESA ADECUADAMENTE: Toché, el mejor de los azules, que con sus goles en momentos decisivos coloca al Oviedo en puestos de mérito. Egea, que supo leer el partido, e introducir cambios decisivos.

NECESITA MEJORAR: Vila y Erice sufren demsiado, quizás ayer más que nunca. Ni lograron sujetar, ni dieron salida al balón. Borja Gómez hizo un uso innecesario de la dureza, con una fea patada en la espalda del guardameta local en un lance intrascendente.