Primera de las finales…muchas de aquí al final de la temporada que debía librar el Real Oviedo. Y no era ni el mejor momento tras la derrota ante el Huesca y el cese fulminante de Carmelo Del Pozo, ni era el mejor rival, un Córdoba que esta pagando excesivamente cara su irregularidad para el nivel de su juego y plantilla.

Pocos cambios proponía hoy Generelo, cambiaba el dibujo táctico para acoplar a Koné en la segunda punta y reincorporaba a Verdés al eje de la defensa. Con ello proponía un 4-4-2 que devolvía contundencia al ataque, pero aportaba fragilidad a la defensa y el area de creación. Ante este once y enfrentándose a una de la mejores delanteras de la segunda, el partido se dio como una ida y vuelta constante.

El partido se inició a tumba abierta, las llegadas a ambas áreas eran constantes aunque el remate carecía de precisión como para culminar el juego. Se vio desde el inicio el daño podía hacer el Córdoba, dos bandas profundas (Pedro Rios y Fidel) desbordando con un juego combinativo. Mientras el Real Oviedo se planteaba el partido con contras peligrosas de la mano de los habituales Koné, Susaeta y Borja Valle. El desequilibrio en el marcador vino finalmente en la estrategia, tras los primeros escarceos, el Oviedo demostraba su poderío en el balón parado anotando, el muy destacado hoy, Josete a la salida de un córner. En esta lid y en alguna fulgurante contra mostró su peligro el Oviedo, dejando desde el minuto 11 el partido en manos del Córdoba.

Las ocasiones empezaron a llegar a los límites del area oviedista con mayor brevedad de lo deseado, pero ciertamente hoy no debía ser el de los califales. En ocasiones un Miño (cada vez más asentado), en ocasiones la falta de tino de los cordobeses, permitieron a los de Generelo llegar en ventaja al descanso.

En la reanudación los de Oltra conscientes que una derrota les alejaba del ascenso, salieron a por el partido. La salida en tromba apenas encontró respuesta en los oviedistas, que para mayor inri perdian a los pocos minutos de la segunda parte a Héctor Verdés. El vendaval del Córdoba se convirtió en aluvión y la porteria del Oviedo se convirtio en objetivo de constante bombardeo. Solamente salió de la cueva el Real Oviedo en un par de fulminantes contras, falladas clamorosamente por los oviedistas.

El transcurso de la segunda parte transformó en mítico el talante del partido. El drama lo vivieron los cordobeses que fallaron lo infallable, tal vez culpa de su propia ansiedad o del entreno en Mareo del anterior, tal vez en Gijón todo sea más grande pero en el Tartiere la porteria se achicó y el Córdoba fue fruto de su propio desespero.

Al final, sufrimiento y más sufrimiento para llegar a la anhelada victoria. El Oviedo sigue enredado en las dudas de Generelo, al que cada vez se le ven las costuras, pero realmente encaminado hacia un final de liga no apto para cardíacos. Mucho más cerca ahora el objetivo se debe ser optimista, quien no lo quiera ver así puede mirar los 15 años de calvario pasados.

Real Oviedo

Miño; Fernández, Verdés, Josete, Peña; Susaeta, Jon Erice, Míchel (Edu Bedia, min. 63), Borja Valle (Hervías, min. 74); Koné y Toché (Dani Bautista, min. 51).


Córdoba C. F.

Razak; Stankevicius (Nando García, min. 78), Héctor Rodas, Deivid (De Tomás, min. 84), Domingo Cisma; Pedro Ríos, Eddy Silvestre (Markovic, min. 67), Carlos Caballero, Fidel; Xisco y Florin.

Goles
1-0, minuto 12: Josete.


Árbitro

Cordero Vega, del Comité Cántabro. Mostró tarjetas amarillas a los locales Miño, Verdés (47´ y 51´), y a los visitantes Eddy, Fidel y Nando.