El dia de la esperanza asomaba ayer sobre el campo munipal de Palamós. Un Oviedo de subidón tras la inmerecida victoria ante el Córdoba, afrontaba una final más. El rival en principio propicio era el Llagostera, un equipo aguerrido y con poco fundamento futbolístico, que de su casa ha hecho un fortín. Hasta ese punto todo correcto, Generelo dando cancha a Edua Bedia por Michel y David en eje de la defensa junto al nuevo héroe Josete.
El partido se inicio en los cauces previstos. El Llagostera buscaba con balones largos la espalda de la defensa azul y el Oviedo intentando hacer del balón el eje de su propuesta futbolística. Tardó el Oviedo en coger la manija bajo la soleada tarde y cuando lo hizo, la falta de ritmo facilitó que el Llagostera nadase y guardase la ropa. Hasta que en uno de sus balones largos Juanjo fue capaz de dejar el balón a Notario, que ante la indolencia defensiva carbayona batió a Miño. El fútbol era generoso con los gerundenses, a los que el partido se les ponía en un escenario perfecto. El Llagostera renunció desde ese momento y hasta el final del partido a cualquier propuesta futbolística. El Oviedo se perdió desde ese momento en lentos desplazamientos horizontales con los que apenas generó peligro.
Algo debía cambiar y cambió en la segunda parte. Los oviedistas abrieron el campo y aumentaron la intensidad, empezaron a gotear unas tras otra las ocasiones y en esa guisa manejo bien el partido Generelo. El cambio de Michel por David, tal vez sea el mayor acierto de Generelo desde su llegada al banquillo azul. Defensa de tres y superioridad en medio campo. El Oviedo empezó a arrollar, Susaeta, Toché y Koné tuvieron en sus botas los goles. No era el día eso estaba claro, en esos momentos se hizo patente la falta de frescura en la plantilla carbayona, esa frescura que permité resolver adecuadamente en cada momento. La puntilla a la mala suerte fue la falta al palo de un Edu Bedia, brillante toda la tarde, que demostraba la falta de acierto en Palamós.
Tras todo este torrente de fútbol ofensivo sin resultado, estaba claro que no era la tarde. Y la puntilla la puso de nuevo Notario, aprovechando un error clamoroso de Fernandez. Con ese segundo gol, ya poco hubo que hacer. El Oviedo finalizó el partido en un valle de frustración.
Tal vez el resultado no fue justo, pero el fútbol es una ley de compensación que da en igual medida que quita. La posición del Oviedo empieza a ser incómoda y la falta de resultados fuera de casa hace que el objetivo del ascenso se transformé en un objetivo difícil de alcanzar. La fé en este equipo esta tocada y el propio equipo esta justo de recursos, tal vez habrá que esperar tener suerte como en jornadas preteritas para alcanzar el play off.
Llagostera
René; Edu Oriol (Emilio, min. 84), Ruyman, Chus Herrero, Samu; Tito, Pitu, J. Carlos (Masó, min. 79), Imaz; Natalio; y Juanjo (Chumbi, min. 72).
Real Oviedo
Miño; Fernández, David Fernández (Míchel, min. 60), Josete, Peña; Susaeta, Jon Erice, Edu Bedia, Borja Valle (Aguirre, min. 68); Koné (Linares, min. 78) y Toché.
Goles
1-0, minuto 17: Natalio y 2-0, minuto 81: Natalio
Árbitro
Sagués Oscoz, del Comité Vasco. Mostró tarjetas amarillas a los locales Tito, Ruyman, Edu Oriol y Samu.
Incidencias
Partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada de la Liga Adelante, disputado en el estadio Municipal de Palamós ante 4.000 espectadores, según los datos facilitados por el club. Un centenar de aficionados azules, la mayoría de la peña oviedista de Barcelona.
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