Cuatro finales!!!
Esa era la conjura que se habia planteado el Real Oviedo en la previa al partido de Almería. Partido de necesidades para ambas escuadras, que a estas alturas de la temporada han cruzado objetivos. El Almeria con el presupuesto más alto de la categoría, ha perdido el rumbo y se agarra con sus últimos estertores a la permanencia. Mientras que lo carbayones llegaban al Juegos del Mediterráneo en plena pugna por el ascenso directo.
El partido prometía emociones fuertes y las tuvo. El Oviedo repitió el equipo con respecto al Mirandés, esperando un resultado tan brillante como el de la semana anterior. El Almería estrenaba entrenador y este proponía en la previa mucho futbol y poco miedo.
La verdad es que en esta lucha de propuestas gano de entrada Generelo. El Almería temeroso busco agazaparse en busca de su ocasión, mientras el Oviedo salia a por el partido con más empuje que fútbol. Pero ese empuje unido a la calidad de los ovetenses convirtieron la primera parte en un monólogo azul, a los que únicamente les falto culminar con acierto. Claras era la llegadas, el Real Oviedo forzaba situaciones y corners con facilidad. Pero ni Erice ni Toche ni Borja Valle daban con las redes de Casto. El Almería era poco o nada inofensivo en ataque y blando atrás, buscaba con brusquedades para el caudal oviedista que como en partidos atrás se mistraba negado frente al portero oponente.
En el descanso habia mucho que hablar, sobre todo de las debilidades de los almerienses. Tras un pequeño arreón local de salida, el Oviedo volvió a volcarse en ataque, aunque dando síntomas de franca fatiga, llegando el gol practicamente por sorpresa. En una gran jugada entre líneas de Michel, que ponia un balón de oro enla testa de Linares, que remataba a placer. El Oviedo parecia encontrar el punto de fractura para doblegar a los andaluces. Pero eso solamente fue una sensación, ligera como la brisa durante la canícula.
El Oviedo presa del pánico a ganar se vino atrás regalando los últimos treinta minutos a los andaluces, que oliendo sangre se lanzaron por necesidad a por el partido. Soriano, debutando en el banquillo, fue valiente y quemo las naves ante un Oviedo que cuando mejor lo tuvo, perdió el rumbo. Cayeron los goles inexorablemente, ante la incredulidad de los aficionados azules y la impotencia de su equipo.
Los clavos que enterraban las opciones de ascenso fueron tres, dando oxígeno a los almerienses y lastrando el futuro azul, que aunque todavía puede llegar al playoff, da la sensación de haber llegado sin gasolina al final de temporada. Doctores tiene la iglesia, pero más que un error, parece que presenciamos una concatenación de ellos. Culpables hay varios, pero enseñarse en ello no hará mejor ni peor la temporada.
Tres finales!!!
Tres finales!!!
El oviedismo sigue en la brecha.
Hala Oviedo!!!!
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